relato de parto 4

Relato de parto de Edurne en el hospital de Cruces

Durante todo el embarazo, las ecografías me daban una fecha de parto que no me cuadraba. Mis cuentas, que creía bastante acertadas, me decían que estaba de una semana y media más de lo que decían las ecografías. Pero al final terminé haciéndome a la idea de que sería así y que quizá la fecundación fue más tarde de lo que yo pensaba.

Por esta razón, y porque era mi primer hijo y es más normal que se retrasen a que se adelanten, en un principio no di importancia a las primeras señales de parto que llegaron justo el día que cumplía las 38 semanas (39,5 según mis cuentas).

Esa fue la primera noche que dormí mal en todo el embarazo. Estaba incómoda y no encontraba la postura. Además, me levanté dos veces al baño con algo de diarrea. Al final cogí el sueño profundo a eso de las 5 de la mañana, y cuando me desperté a las 10 me encontraba muy bien.

Pasé la mañana con normalidad y había quedado para comer con mi marido, pero a eso de las 13:30h noté un pequeño dolorcito, pero suficiente para hacerme sospechar. Seguí a lo mío, preparándome para salir de casa, pero cuando estaba a punto de salir de casa, unos 10 minutos después, volví a notar otro, además de que me volvieron ganas de ir al baño.

Llamé a mi marido para cancelar el plan, porque me daba pánico la posibilidad de romper aguas en público. Iba a pasar por un parto y lo único en lo que pensaba era que no quería que se me rompiera la bolsa en la calle…

Así que seguí en casa, viendo una peli y atenta a algún síntoma más.

Yo creía  que de un momento a otro dejaría de tener contracciones, porque sabía que era muy habitual que días antes del parto se tengan pródromos.

Pero la verdad es que fue un parto de manual. Estuve un par de horas con contracciones cada 20 minutos, y luego pasaron a ser cada 10. Alguna se retrasaba un poco, pero quizá es que me saltaba alguna, ya que aún no eran muy fuertes y yo estaba entretenida.

A eso de las 9 dela noche, eran cada 6-7 minutos, y ya empezaron a picar un poco. Yo en ese momento me sentía muy muy bien. Me había costado un poco, pero ya me había hecho a la idea de que realmente había llegado el momento y estaba muy contenta.

Aunque la teoría me la sabía bien, revisé los papeles que nos habían dado en el curso de preparación al parto y corroboré que el momento de acudir al hospital era cuando llevara 2 horas con contracciones cada 5 minutos, siempre que no rompiera la bolsa..

Así que eso hicimos. A eso de las 12 de la noche llegamos al hospital. Me pusieron unos monitores durante una media hora y eran cada 4 minutos, más o menos.

Ya dolían bastante, pero mi felicidad podía, y como que no me importaba. De hecho estuve bromeando con mi marido todo el tiempo que estuve con las correas.

Después me hicieron un tacto que me pareció bastante doloroso (era el primer tacto que me hacían en mi vida)y me dijeron que estaba de 3cm. Me cuadró bastante, sabía que no podía estar de más, porque el dolor era muy soportable. En este punto nos ofrecieron elegir entre irnos a dar un paseo para que se animara más la cosa, o quedarnos ya.

Como era pasada la medianoche y además hacia bastante fresco, decidimos quedarnos. La idea de ponerme la epidural ya y dormir un rato antes del expulsivo me gustaba.

En el tiempo en el que nos llevaban al paritorio me dieron dos contracciones mucho más fuertes de las anteriores. Supongo que el tacto hizo de las suyas.

Ya en el paritorio me hicieron ponerme el camisón y quitarme anillos y collar y me dieron una bolsa para meterlo todo.

Al rato pasó la matrona a presentarse y me quiso hacer un nuevo tacto, a pesar de que le dije que me lo acababan de hacer. Me dijo que estaba de 4 y que si quería pedir ya la epidural. Le dije que sí, y a los 15 minutos ya estaba el anestesista en mi habitación. Me alegré muchísimo, pues en esos 15 minutos siguieron contracciones fuertes.

A mi marido le hicieron salir.                                                                                                          

A mí me daba bastante miedo la epidural, pero la verdad es que el anestesista era muy parlanchín y simpático y junto con la matrona (que me sujetaba para que no me moviera)se me hizo rápido. Para mi fuer algo increíble, pues enseguida dejé de sentir el dolor.

Al principio pensé que se habían paralizado, pero ya me dijeron que no, que seguían igual.

YA mi marido y yo nos quedamos allí solos durante varias horas. Yo tenía las correas puestas, y aunque al principio no tenía ningún sueño conseguí dormir.  De vez en cuando pasaba la matrona y llegó un momento en que me despertó de nuevo el dolor y un montón de presión.

Avisamos a la matrona a eso de las 7:30h de la mañana y vino otra distinta. Supongo que había terminado su turno. No recuerdo si se presentó, pero también era simpática. Cuando me exploró de nuevo ya estaba de 10 cm, y por eso notaba la presión. Me dijo que empujara una vez y después se fue, diciéndonos que siguiera empujando si venía alguna contracción.

A eso de los 10 minutos volvió, con más gente que, la verdad, no sé quiénes eran.

Lo prepararon todo y me hizo empujar en cada contracción. A mí me parecía que no cambiaba nada y que la cosa no progresaba, y eso me desmotivó un poco, pero la matrona me dijo que estaba ahí la cabeza.

Lo tengo todo un poco borroso, pero llegó un momento que me dijo que aguantara más los pujos y que empujara dos veces con cada contracción. Eso me resultó creo que lo más difícil de todo el expulsivo, porque estaba cansada de empujar, me dolían las piernas por la postura y además notaba una presión en el culo insoportable.

Pero por fin, tras más de una hora empujando, nació mi hijo. Creo que nunca he sentido un alivio como en el que sentí en ese momento.

Lloró enseguida y el pediatra lo vio encima de mí y dijo que estaba perfecto. Después estuvieron un rato cosiéndome una episiotomía que la matrona no sé cuándo me realizó, porque no me di cuenta. Tras una hora y media de piel con piel en las que ya se me enganchó al pecho, lo cogieron para medirlo y pesarlo y me lo devolvieron con pañal y bodi, aunque ahora que lo pienso no se si el pañal lo tenía ya de antes. Fue un niño muy pequeñito y a día de hoy lo sigue siendo.

La recuperación fue bastante buena. Los puntos solo me dolieron un poco durante algunos días y el alta me lo dieron en cuanto le hicieron la prueba del talón.

Como comentaba antes, mi parto fue de manual. Todo sucedió tal y como nos cuentan en las clases de preparación al parto.

En cuanto al hospital, yo me sentí en todo momento respetada y todo el personal fue muy amable.

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